Las distribuidoras comercializan el producto a casi $ 2 más que el precio oficial en los depósitos y según las características del mercado. Incluye el costo del transporte y la instalación de los cilindros en los hogares. Cada dos meses, Diego Iza compra un cilindro de gas licuado de petróleo (GLP) de uso doméstico. Preguntó al vendedor por qué razón ese cilindro es más caro que en los depósitos, donde se comercializa a $ 1,60, precio fijo establecido oficialmente (con subsidio estatal). El distribuidor le explicó que su tarifa abarca el transporte hacia los domicilios e incluso la instalación. La Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero (ARCH) explicó que la tarifa de entrega a domicilio es fijada “de mutuo acuerdo entre el consumidor y el distribuidor, con la consideración, de parte del usuario, de que este precio no constituya un abuso”. Fuente: El Telégrafo.

Last modified on 2019-04-03