El próximo Gobierno y la Asamblea recibirán una economía con problemas fiscales y estructurales que se arrastran desde antes de la pandemia. En lo fiscal, habrá menos presión en el pago de intereses gracias a la renegociación de bonos que se concretó el 2020, pero incluso así las necesidades de financiamiento siguen siendo enormes, en este año son de $ 7 900 millones. El país tiene abierta la puerta de los multilaterales, pero seguir con ellos dependerá de quién gane la Presidencia. El desempeño de la economía también dependerá de cuánto se logre reducir el gasto y de las reformas tributarias, laborales y monetarias que se hagan, señala Walter Spurrier, director de Análisis semanal. Fuente: El Comercio

Last modified on 2021-02-08