Las exportaciones no petroleras parecen haberse contagiado de la situación de iliquidez y deflación que tienen adormecida a la economía. El ritmo de crecimiento de las ventas del sector privado al mundo es más de tres veces menor al de los primeros siete meses del año pasado. El último reporte del Banco Central revela un deterioro del comercio exterior, matizado por una caída pequeña de las exportaciones de banano en 2018, que contrasta con lo que sucedió un año antes y que tiene varios factores que han jugado en su contra: la devaluación de la moneda rusa, el rublo, y las restricciones impuestas por Estados Unidos a Irán. El panorama no es alentador.  Fuente: Expreso.

Last modified on 2018-09-18