La eliminación de subsidios a los combustibles, aplicada por el Gobierno del presidente Lasso, está muy lejos de generar el efecto deseado. Esta política que, con ímpetu arrancó a finales del año pasado con el sector camaronero con el afán de ir aliviando un histórico gasto para el Estado (de más de $ 3.000 millones por año), quedó a medias y dejó algunas   grietas que, junto a la falta de control, ha provocado que ciertos acuicultores migren a otros sectores de consumo para seguir aprovechándose de la ayuda. Es la conclusión a la que llega la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) tras revisar el historial de cifras de Petroecuador que detallan el comportamiento que ha venido teniendo el consumo de diésel subsidiado. 

Fuente: Expreso.