El gobierno ha dado marcha atrás, al menos temporalmente, en su decisión de eliminar los subsidios a gasolinas y diésel. Pero este desenlace complica la situación de Ecuador de cara al programa de crédito que el país firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a comienzos de año. Ecuador esperaba que la eliminación de los subsidios a los combustibles le permitiría ahorrar unos $ 1.400 millones al año. Junto con otras medidas de austeridad, iba a conseguir ingresos por $ 2.502 millones en 2020. En una movida arriesgada, la administración de Lenín Moreno optó por cortar camino y aplicó la medida más fuerte del ajuste, la eliminación de los subsidios, vía decreto presidencial, pero no contaba con que en el camino se iba a dar de frente con la oposición férrea de los indígenas. Fuente: Primicias.

Last modified on 2019-10-15