Autor: Carla Maldonado

La carroza fúnebre llega a una casa, cuatro hombres sacan el ataúd y lo llevan a la sala. Allí esperan el hijo del difunto y su esposa. Abren el cofre y miran el cadáver. “¿Quién es este hombre?, no es mi padre”, dice él. “¿Cómo?, nos hemos equivocado otra vez”, contesta el administrador del servicio funerario. Last modified on 2014-01-14
Enlace al archivo
Descargar
Sección Impreso
EMPRESARIAL
Edición
235
Indicadores
NEGOCIO FUNERARIO